lunes, 27 de julio de 2015

Animal Park, el 'paraíso' de animales silvestres maltratados.

Aluxa es una jaguar pinta que aún es cachorra y que llegó a Animal Park luego de haber sido explotada para exhibición cuando era aún más pequeña; no ve, la faltó una nutrición que la dejó sin vista pero en Michael, otra jaguar melánica con un pasado similar al de ella, ha encontrado una especie de lazarillo que luego de sobrevivir viven felices gracias al cuidado del personal del lugar.
A Claudia Liliana López, gerente operativo del parque, le sorprende cómo Aluxa mastica la comida que Michael no puede por la falta de colmillos –también se los quitaron cuando era exhibida– y se la deja lista para que la pueda digerir.
“Han hecho una simbiosis porque la negra le sirve de lazarillo a la pinta y la pinta se encarga de triturar alimentos para el consumo de la otra; en vida silvestre no hubieran sobrevivido”, dice sorprendida.

Hay también un gavilán que fue arrollado en la carretera y lo llevaron ahí los ciudadanos;cuando llegó los especialistas creían que no viviría, pues tenía cerca de dos días con una ala fracturada; al final no se pudo tener una recuperación ósea y lo retuvieron para garantizarle una vida sana.
“Otros han sido venados arrollados por carros, tenemos uno pequeñito que sabemos qué se quedó sin mamá. Al bebé le hemos dado crianza artificial para que pueda sobrevivir”, dice Liliana López.
Ahí donde está ese venado, el área de mamíferos, es atendida por Francisco Chan Pool, quien lleva siete años trabajando en el parque como guarda animales. Además de entrenar guacamayas atiende a las cabras, canguros y venados; y claro, a una llama que se pasa de besucona.
“La llama siempre da besos o me sigue en la trayectoria mientras camino a limpiarles o darles de comer”, agrega.
Yeny Ruiz, zootecnista que se encarga junto con los veterinarios de la nutrición de los animales, tuvo que llevarse unos días a su casa a Marcel, un mono araña que fue llevado ahí cuando aún era un bebé.
Ella explica que todos los primates de esa especie tienen un apego singular con sus madres los dos primeros años porque necesitan alimentación materna. Por eso cuando llegó, a su corta edad y a la falta de una figura materna, se le dio crianza artificial que incluía el cuidado nocturno en su casa, o de algunos otros del equipo.
Además de esos hay otros animales que han sido rescatados como un grupo de lémures, que han sido llevados por la Profepa y organismos pro defensa animal; todos han llegado maltratados por falta de alimentación, y tienen problemas dentales, de piel y de visión. Todos están en proceso de recuperación y muchos ya no se podrán liberar.
“En Animal Park tenemos alrededor 450 animales, de los cuales casi el 40% han sido traídos por la población o entidades de protección; y a todos se les da asistencia médica y un cuidado especial, tenemos incluso animales desde circo”, dice.
Entre ellos están Tigro y Princesa, dos felinos que fueron llevados de un circo hace ya tiempo y forman parte de su catálogo; con las restricciones para usar animales en espectáculos no han recibido por ahora solicitudes para albergar a otros.
Los costos de operación son altos. Tan solo los felinos consumen más de mil pesos en comida diariamente, por lo que requieren de una promoción más fuerte y tratan de hacerlo de la manera más tradicional: de boca en boca.
“Tratamos de ser una empresa socialmente responsable e invitamos a escuelas de Playa y Tulum a realizar actividades educativas, y tratamos de transmitirles la importancia para que los animales sigan viviendo; es importante que nos conozcan porque mientras vengan más personas vamos a poder dar mejor atención a los animales”.

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